Hada proviene del latín "fatum" que significa
hado, destino. Según la tradición son protectoras de la naturaleza
y pertenece al fabuloso mundo de los elfos, gnomos, duendes, sirenas y gigantes.
Se puede provocar el contacto con ellas desarrollando la visión etérea.
La mayoría de ellas se representan con alas.
Las leyendas celtas hablan del reino de los Áes Sídhe
(pronunciado Os Shi) también conocido en idioma inglés
como Fairy Folk, y donde la mejor traducción a nuestro idioma sería Hadas,
si bien es importante recalcar que no se habla
de la concepción victoriana de la Hadas, esos seres diminutos con alas de mariposa.
Los Áes Sídhe, son seres semidivinos que viven entre este
y el otro mundo, con conexiones importantes con la naturaleza y las deidades,
la mayoría de los relatos los representan como gente no muy alta,
pero de aspecto y altura humana, de tez blanca,
ojos claros y pelo muy negro. En los relatos medievales, las hadas
(a veces llamadas "El Buen Pueblo" o "La Buena Gente")
aparecen relacionadas con encantamientos y hechizos,
conocedoras del poder y las virtudes de las palabras,
las leyendas y las hierbas, que les permitían mantenerse
jóvenes y bellas, y acumular grandes riquezas. En algunos libros, se menciona que las hadas hacen todas las cosas
inocentemente, aunque su comportamiento pueda llegar a ser perverso.
En muchos escudos heráldicos de esta época se refleja el mundo de las hadas.
Muchos aristócratas querían hacer ver que provenían de un linaje de las hadas.
La variedad de labores que llevan a cabo las
hadas es casi infinita además de cantar y bailar,
ayudan a los hombres en el campo, ejercen su control
sobre el tiempo protegiendo las cosechas.
Durante muchos meses ellas esperan impacientes la llegada
de la primavera.
También saben el día exacto en que brotaran las primeras
flores pero prefieren mantener el secreto
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